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viernes, 18 de noviembre de 2011

Series :: The Walking Dead



   Apuntad un nombre, Frank Darabont, director de tres joyas como Cadena Perpetua (The ShawShank Redemption), La Milla Verde (The Green Mile) o La Niebla (The Mist). Pudo haber tocado aún más el cielo, ya que fue uno de los encargados de escribir el guión de la cuarta entrega de Indiana Jones, pero a George Lucas no le terminó de gustar. Seguramente a causa de un agudo síndrome de Salieri
   Bromas aparte, este señor es quizás uno de los directores más cuidadosos con el detalle, el encuadre, la historia, los personajes y sobre todo en la serie: la tensión y el suspense. Ya conocía las películas cuando comencé a ver la serie y no me ha defraudado. Seguramente si analizamos un poco las diferencias entre el cómic original y la serie entraríamos en la ya manida discusión de si es mejor el cómic y tal...Suelo pensar que el cómic o la literatura y el cine o las series son vehículos diferentes, y por tanto no podemos esperar que un medio audiovisual nos muestre los hechos calcados de la obra escrita. Las descripciones, las discusiones internas de cada personaje, son moneda común en un libro o cómic, pero para eso en la obra audiovisual podemos analizar la imagen o tal o cual cambio de plano. Si la impresión viene a ser la misma, y se conserva la esencia podemos hablar de una buena adaptación, porque no deja de ser eso.





   The Walking Dead me ha parecido tan genial que no he querido estropearme el argumento leyendo el cómic. Y seguro que lo disfrutaría muchísimo, pero voy a respetar la serie. 
   Para variar, el canal encargado de emitir esta serie en España, la Sexta, nos saturó de anuncios sobre la serie. Era imposible no saber de qué iba. La serie va de zombies y lo sabemos mucho antes de que empezara, así que descartamos el factor sorpresa, ya nos puede ir enganchando rápido que lo más importante nos lo han contado...nada más lejos. La serie empieza con una secuencia en la que el protagonista Rick Grimes está caminando entre varios coches abandonados y oye un ruido. Se nos muestra de manera nada convencional pero sí muy efectista el origen del ruido, una niña zombie. El creador de la serie ya sabe que lo sabemos. Entonces ¿dónde está la gracia? Pues en que la serie se apoya en unos personajes, sus evoluciones en un mundo en el que tienen que estar juntos para sobrevivir y las relaciones entre ellos, pero siempre con la amenaza de lo que llaman “caminantes”. 
   El aspecto más potente de la serie no es el tema del que trata, e incluso los personajes parecen sacados de La Niebla (de hecho hay no menos de tres actores de dicha película en la serie, uno de ellos además también participó en Cadena Perpetua y La Milla Verde), sino que las situaciones en que nos introduce, la manera de seducirnos con su visión de los hechos es lo más importante. Por tanto esta serie es más importante por su forma que por su fondo, sin menospreciar a éste en absoluto.
   En cuanto a los personajes me ha llamado la atención esa especie de Tabula Rasa inicial y cómo se van desarrollando hasta llegar a definirse y a demostrar sus verdaderas intenciones. Esto ya lo he podido ver en La Niebla, en la que se nos muestra a los personajes en su vida cotidiana pero después observamos la transformación de cada personaje ante el miedo y qué hay en su interior en realidad. Por supuesto el mérito principal de este aspecto es del autor de dicho libro, Stephen King, pero no me negaréis que transmitir eso en una película es muy satisfactorio para los espectadores que reclamamos tal calidad.
   El argumento no es muy complicado: ha habido una catástrofe y de buenas a primeras se ha extendido una enfermedad que transforma a los seres humanos en entes pululantes ávidos de carne viva, con un apetito voraz. Un grupo de humanos sanos que sobrevive como puede intenta escapar de la amenaza. Un sheriff de pueblo que estaba en coma mientras se sucedía la catástrofe, despierta solo en el hospital y emprende la búsqueda de su esposa y su hijo, que forman parte de dicho grupo. Una de las cualidades que posee este sheriff es que se siente responsable de aquellos que le rodean. Esta manera de ser decidirá varios de los hechos que acontecen en la serie, sin menospreciar el papel que va adoptando cada personaje.


   Que a los espectadores nos gusten o no estos personajes es relevante para mantener un interés en los humanos aparte de en los zombies, y debo admitir que al igual que en otras de sus obras, Darabont nos hace detestar a un personaje concreto, no se si para desconcentrarnos de la trama principal, pero lo llega a conseguir.

Concretamente algunos actores son conocidos, por ejemplo:

Andrew Lincoln, al que pudimos ver en Love Actually









   La música no es muy abundante en la serie, pero cuando aparece suele ser extremadamente pelopúntica, buena muestra de ello es alguna de las veces que aparecen los caminantes, creando una atmósfera de nerviosismo absoluto en el espectador. 
   Por supuesto que esta serie, aunque emitida y dirigida al gran público quedará poco a poco como una apuesta arriesgada que gustó a un determinado segmento de aficionados a las buenas maneras cinematográficas. Me disgusta pensar que se convertirá en el recuerdo colectivo en algo así como las películas de M. Night Shyamalan, muy grandes para los cinéfilos, una decepción para el gran público que no sabe valorar 80 minutos de suspense por esos 10 minutos finales que podían ser cualquier cosa. Pero afortunadamente me cuento entre aquellos que sí disfrutan de lo bueno que tiene The Walking Dead.
   Una serie totalmente recomendable con buenos momentos de suspense, personajes sólidos, escatología recatada en parte (en parte XD) y dosis agudas de un temor innato que es el que de verdad hace disfrutar. Claro que siempre encontraremos a quien se opone a esta aparente lucha sin sentido, ya que está muy claro que un puñado de humanos no va a hacer mucho más que sobrevivir. Puestos así, ¿por qué no ser amigos?




   Os dejo con una promo (inglés):





   Actualización 24/03/2012:

   Como sabéis, ya ha finalizado en USA la segunda temporada de esta magnífica serie. Sólo tengo que decir una cosa, es magistral el uso de la tensión psicológica y me sorprende la manera en que nos entretejen las aparentemente secundarias tramas humanas con el verdadero objetivo de supervivencia del que trata la serie. Los personajes se hacen más profundos, más humanos, y el dramatismo alcanza cotas muy altas. Sin duda es una de mis series favoritas de todos los tiempos, y no hace sino mejorar en cada episodio.

   La segunda temporada cuenta con 13 episodios sin desperdicio ninguno, en los que encontraremos de todo, tanto humano como ...menos humano. Esperanza y desesperanza, luz y oscuridad, ayuda y desgana, liderazgo y dictadura, vida y muerte. 

   Totalmente recomendable. 




   Fotos:


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